Este kit en resina es de una marca comercial y lo empecé a modificar en las navidades del 2006, es decir, hace 14 años. Al comparar la carrocería con las pocas imágenes de que disponía en aquella época de este coche, en mi opinión, no tenía las formas ni las curvas que debería tener, además era una carrocería algo asimétrica.
Pegaso Z-102 Bisiluro “Especial Competición” para slot
En principio creía que no era necesario hacer un relato de la historia de este coche, pues en la red hay mucho donde escoger. Pero como es un Pegaso diferente, creo que una síntesis de lo mucho que hay en la red sobre este coche, nunca sobra. No voy a relacionar los datos técnicos, pues más bien es un poco de la historia anecdótica, de la que como suele ocurrir, algunos de los datos que menciono, y según el portal consultado, las opiniones son algo dispares.
Historia del Pegaso Bisiluro Z-102 BSS “Especial Competición” de 1953
Parece ser que BSS 2.5 o BIS E1 o BISE-1 era la denominación oficial de este coche, que en formato largo sería Pegaso Bisiluro Z-102 BSS “Especial Competición” de 1953.
Fue un coche que diseñó Wifredo Ricart para participar en las 24 Horas de Le Mans de 1953 y dar a conocer mundialmente la marca Pegaso.
La característica principal de este coche era las formas de su carrocería de aluminio. El coche se componía de dos cuerpos alargados tipo catamarán, coronados por sendas derivas verticales para dar una óptima estabilidad y direccionalidad del vehículo a altas velocidades a la vez que aumentaban la presión en las ruedas propulsoras.
Esta insólita configuración “bi-torpedo” no era una primicia de Pegaso. Piero Taruffi había establecido un ilustre precedente, batiendo un buen número de récords con sus coches de doble fuselaje, los Tarf I y II, aunque llevaban el motor dentro del torpedo opuesto al piloto.
Con el perfil de los flancos del Bisiluro, se buscaba conseguir el mejor rendimiento aerodinámico. Además, para que el conjunto tuviera un buen equilibrio, se integraron las ópticas dentro de este perfil estilizado.
El puesto de pilotaje (la carlinga) se situaba en el lado derecho, en un habitáculo muy estrecho para ocupar el menor espacio posible. Justo sobre la cabeza del piloto había una minúscula abertura de aireación. La puerta tenía una abertura ovalada para permitir la movilidad de los codos del piloto al girar el volante. Otra opinión sobre este hueco, es que era un intento de reducir la conocida claustrofobia de Joaquín Palacio, que sería en vano, ya que siempre se negó a pilotar el Bisiluro.
El depósito de gasolina se incorporó en la parte central para que no hubiera diferencias de comportamiento dinámico tanto si estaba lleno con los 200 litros o vacío.
Presentaba unos agujeros tras las ruedas posteriores. En muchos sitios se interpretaron como el anclaje de una antena lo que en realidad era una raya de marcación de cotas. Esos orificios eran tomas de aire conectadas con el tubo de escape con la función de crear un efecto Venturi sobre los gases de escape. Con esto se aumentaba la velocidad y también el barrido de la cámara de combustión.
Para salvar la reglamentación de la época del Campeonato Mundial de Resistencia y poder participar en la carrera de Le Mans, que exigía una fisonomía biplaza de los coches de la clase “Sport”, Ricart acondicionó una plaza para albergar a un eventual copiloto en el fuselaje del lado izquierdo. Este alojamiento estaba tapado con una trampilla y disponía de un pequeño parabrisas escamoteable. Además, tenía un discreto maletero posterior en el que se situaba la obligatoria rueda de recambio.
Esta astuta distribución del coche, fue copiada más tarde y adoptada de forma idéntica por Jaguar para sus célebres type D y también de forma parecida por los Mercedes SLR.
Esta configuración en doble fuselaje del Bisiluro liberaba un buen espacio interno, autorizando un emplazamiento muy retrasado del propulsor. Con esto, se podía instalar un compresor suplementario por delante del bloque motriz, amén del ya acostumbrado en el centro de la “V” y además mantener un buen reparto de pesos. El motor de 2,8 cc sobrealimentado, conseguía alcanzar los 270 km/h.
También disponía de un sistema de freno aerodinámico integrado en la carrocería y accionado hidráulicamente para no castigar los justos frenos de tambor. El despliegue de estos frenos, producía tal disminución de la velocidad, que el piloto necesitaba cinturones de seguridad pectorales para evitar la proyección contra el parabrisas. Este mecanismo fue desmontado debido a su excesivo peso y a la decisión tomada de dedicar el coche a pruebas de récord.
Con sus 4,49 metros de longitud y una anchura de 1,88, se podría considerar un coche largo. En su versión inicial pesaba unos escasos 1.000 kilos, que son pocos si pensamos que las primeras berlinas Z-102 carrozadas en chapa por ENASA, pesaban 1.300 kilos. Con semejante longitud y poco peso, hacían de él un vehículo muy estable.
El Pegaso Bisiluro en competición
La primera aparición en pista del Bisiluro y aun sin pintar, fue en mayo de 1953, en el óvalo galo por excelencia, el autódromo de Linas-Montlhéry. Este ensayo era para preparar y testear el coche para su participación en las 24 horas de Le Mans.
Días después de esa prueba realizada por el príncipe Paul Metternichse, se renunció a participar en esa carrera, punto del que hay diversas opiniones en la búsqueda del motivo real. Unas fuentes mencionan que fue debido a un incendio que retrasó la puesta a punto del coche, aunque parece ser que en realidad se incendió el motor de un Spider Touring Competición en el banco de pruebas de La Sagrera, estando el Bisiluro a su lado. Ese STC debía ser el tercer coche de apoyo para Le Mans aunque tiempo más tarde fue conocido por su participación en la carrera Panamericana de 1954.
Otras fuentes mencionan que no fue a Le Mans porque un coche con las ruedas delanteras carenadas no tiene apenas ángulo de giro, cosa que también niegan otras fuentes que mencionan que en Le Mans, habían participado otros coches con las mismas características. También se menciona que abandonaron su participación porque el Bisiluro carecía de suficiente estabilidad para el revirado circuito de Le Mans.
La siguiente aparición del Bisiluro fue el 11 de septiembre de ese mismo año 1953, en un peligroso tramo de recta de la estrecha carretera N-152 entre Tona y Vic y pilotado por Celso Fernández. Se disponía tan solo de un kilómetro de aceleración, otro para marcar la velocidad y 700 metros de frenada. El Bisiluro, aun siendo una carretera flanqueada por gruesos árboles plataneros, lograría una media de 226,4 km/h. Una muy buena marca, contando que un kilómetro de aceleración era insuficiente, ya que mientras rodaba en el cronometrado, Celso continuaba acelerando hasta superar los 250 km/h. Esas pruebas que días atrás cumplieron 67 años, se realizaron para afrontar el récord de velocidad con cronometraje oficial internacional, en la autopista belga de Jabbeke. Si pensamos en sus ruedas, frenos y la carretera donde se realizó la prueba, es para echarle valor.
Para batir el récord de velocidad, Pegaso desplazó a Bélgica el Bisiluro y por fortuna un Z-102 STC (un Spyder Touring Competición) equipado también con un motor de 2.8 litros. Debido a una avería con las bujías del Bisiluro que destrozó el motor, solo pudieron hacer un intento, por lo que tuvieron que cambiar de coche.
En esta prueba realizada en la autopista de Jabbeke, se disponía de una distancia para la aceleración de 2'5 Km., y según estaba estipulado, el tiempo se debía tomar de la media de realizar el trazado en ida y vuelta, en un intervalo de menos de 30 minutos.
El 25 de septiembre de 1953, el Spyder y aun con las muy inferiores prestaciones aerodinámicas del Bisiluro, consiguió batir los records de kilómetro y milla lanzados, con 243,079 km/h y 241,602 km/h respectivamente. Los anteriores récord habían sido establecidos por Jaguar meses antes con el XK 120 “type C” a 238,88 y 237,64 km/h respectivamente.
Las malas lenguas dicen que esos records de Pegaso no sentaron nada bien a Jaguar, por lo que realizaron una importante inversión económica para poder recuperarlos, lo que casi fue su ruina.
Por último, es seguro que hubo dos Bisiluro, pero en algunas páginas de la red, se dice que hubo una tercera versión inacabada. Esa tercera versión, sin duda la más revolucionaria gracias al empleo indiscriminado de la más avanzada tecnología aeronáutica, jamás llegaría a ser culminada.
Por desgracia, el proyecto Bisiluro fue abandonado y los dos coches que sí que existieron, fueron desguazados en 1956.
Transformar la carrocería del Bisiluro a escala 1:32
Como esta carrocería tiene una generosa capa de resina de varios milímetros, empiezo lijando y puliendo algunos defectillos y rellenando las burbujas con masilla. Luego aplico imprimación para tener una visión general más homogénea.
-Para darle esa forma curva en su sentido longitudinal, realizo dos cortes transversales a la carrocería. Luego la calzo en su base central con unos milímetros más de altura, aplico el secador y hago pequeños empujes hacia abajo, tanto del “trozo” del frontal como del trozo de la trasera. Es decir, forzar la curvatura longitudinal de la carrocería.
Prosigo tapando esos huecos con masilla y refuerzos por dentro con plástico fino.
Carrocería del pegaso Bisiluro |
Añadiendo plástico y... |
... masilla. |
Tras la transformación: imprimación |
Modificación de la carrocería del Bisiluro diez años después…
Comparando formas |
Retocando la carrocería |
Transformación final del Z102 Bisiluro de slot
Últimos retoques |
Los accesorios del Pegaso Bisiluro
Los complementos |
El coche de slot terminado
Frontal del Bisiluro |
El Bisiluro acompañado |
La trasera del Bisiluro |
Pegaso Bisiluro |